Amosando publicacións coa etiqueta educación. Amosar todas as publicacións
Amosando publicacións coa etiqueta educación. Amosar todas as publicacións

venres, 3 de setembro de 2010

EMPEZA UN NOVO CURSO ESCOLAR

Empezemos un novo curso escolar reflexionando un pouco, aquí van dúas propostas:

Un artigo enviado pola editorial Graó, editorial catalana especialista en temas de educación e didáctica:

Carles Capdevila / Periodista ( Avui , 25 de octubre 2009)

Educar debe de ser una cosa parecida a espabilar a los niños y frenar a los adolescentes. Justo lo contrario de lo que hacemos: no es extraño ver niños de cuatro años con cochecito y chupete hablando por el móvil, ni tampoco lo es ver algunos de catorce sin hora de volver a casa.


Lo hemos llamado sobreprotección, pero es la desprotección más absoluta: el niño llega al insti sin haber ido a comprar una triste barra de pan, justo cuando un amigo ya se ha pasado a la coca.


Sorprende que haya tanta literatura médica y psicopedagógica para afrontar el embarazo, el parto y el primer año de vida, y que exista un vacío que llega hasta los libros de socorro para padres de adolescentes, esos que lucen títulos tan sugerentes como Mi hijo me pega o Mi hijo se droga . Los niños de entre dos y doce años no tienen quien les escriba.


Desde que abandonan el pañal (¡ya era hora!) hasta que llegan las compresas (y que duren), desde que los desenganchas del chupete hasta que te hueles que se han enganchado al tabaco, los padres hacemos una cosa fantástica: descansamos. Reponemos fuerzas del estrés de haberlos parido y enseñado a andar y nos desentendemos hasta que toca irlos a buscar de madrugada a la disco. Ahora que al fin volvemos a poder dormir, y hasta que el miedo al accidente de moto nos vuelva a desvelar, hacemos una siesta educativa de diez o doce años .


Alguien se estremecerá pensando que este período es precisamente el momento clave para educarlos. Tranquilo, que por algo los llevamos a la escuela. Y si llegan inmaduros a primero de ESO que nadie sufra, allá los esperan los colegas de bachillerato que nos los sobreespabilarán en un curso y medio, máximo dos. Al modelo de padres que sobreprotege a los pequeños y abandona los adolescentes nadie los podrá acusar de haber fracasado educando a sus hijos. No lo han intentado siquiera.


Los maestros hacen algo más que huelga o vacaciones, y la educación es bastante más que un problema.


Pido perdón tres veces: por colocar en un título tres palabras tan cursis y pasadas de moda, por haberlo hecho para hablar de los maestros, y, sobre todo sobre todo, porque mi idea es -lo siento mucho- hablar bien de ellos.


Sé que mi doble condición de padre y periodista, tan radical que sus siglas son PP, me invita a criticarlos por hacer demasiadas vacaciones (como padre) y me sugiere que hable de temas importantes, como la ley de educación (es lo mínimo que se le pide a un periodista esta semana).


Pero estoy harto de que la palabra más utilizada junto a escuela sea 'fracaso' y delante de educación acostumbre a aparecer siempre el concepto 'problema', y que 'maestro' suela compartir titular con 'huelga'. La escuela hace algo más que fracasar, los maestros hacen algo más que hacer huelga (y vacaciones) y la educación es bastante más que un problema. De hecho es la única solución, pero esto nos lo tenemos muy callado, por si acaso.


Mi proceso, íntimo y personal, ha sido el siguiente: empecé siendo padre, a partir de mis hijos aprendí a querer el hecho educativo, el trabajo de criarlos, de encarrilarlos, y, mira por donde, ahora aprecio a los maestros, mis cómplices. ¿Cómo no he de querer a una gente que se dedica a educar a mis hijos?


Por esto me duele que se hable mal por sistema de mis queridos maestros, que no son todos los que cobran por hacerlo, claro está, sino los que son, los que suman a la profesión las tres palabras del título, los que mientras muchos padres se los imaginan en una playa de Hawai están encerrados en alguna escuela de verano, haciendo formación, buscando herramientas nuevas, métodos más adecuados.


Os deseo que aprovechéis estos días para rearmaros moralmente. Porque hace falta mucha moral para ser maestro. Moral en el sentido de los valores y moral para afrontar el día a día sin sentir el aprecio y la confianza imprescindibles. Ni los de la sociedad en general, ni los de los padres que os transferimos las criaturas pero no la autoridad.


¿Os imagináis un país que dejara su material más sensible, las criaturas, en sus años más importantes, de los cero a los dieciséis, y con la misión más decisiva, formarlos, en manos de unas personas en quienes no confía?


Las leyes pasan, y las pizarras dejan de ensuciarnos los dedos de tiza para convertirse en digitales. Pero la fuerza y la influencia de un buen maestro siempre marcará la diferencia: el que es capaz de colgar la mochila de un desaliento justificado junto a las mochilas de los alumnos y, ya liberado de peso, asume de buen humor que no será recordado por lo que le toca enseñar, sino por lo que aprenderán de él.


E un video, novamente de TED.com, Sir Ken Robinson, especialista en ensinanzas artísticas pregúntase matan as escolas a creatividade?


(ten a opción de subtítulos en Español)






E se vos gustou o anterior, probade con este



mércores, 11 de agosto de 2010

A EDUCACIÓN: UN LUXO

Leo a prensa e descubro pasmada as declaracións dun tal Román Rodriguez, diputado do partido popular nas que afirma: "La distribución del profesorado que había hasta ahora es un lujo que no se puede mantener en tiempo de crisis, cuando hay que adecuar los recursos a las necesidades reales". E pon exemplos:

"En la Costa da Morte hay un centro en el que 17 alumnos se dividen en dos grupos, menos de diez por cada clase. Si la LOE [Ley Orgánica de Educación] establece una ratio de hasta 30 estudiantes por aula, lo lógico es que estos 17 se reunifiquen en una. Hay otro con 44 alumnos divididos en cuatro grupos. En Barbanza, dos clases con 22 estudiantes. Ahí habrá pérdida de profesores, seguro".

Mira o artigo enteiro neste enlace ao xornal El País

Descoñezo quen é Román Rodríguez e si sabe algo de educación, tamén me sorprende que non sexa o Conselleiro o que faga este anuncio, estará de vacacións ou esconderase detrás deste señor para que os "paus" non lle caian a el?, en todo caso lembrarlle ao Sr. Román Rodriguez que as ratios que estabrece a LOE son as seguintes:

- Para infantil, 25 alumnos/as, agás en 3 anos 20 e grupos mixtos 15
- En primaria 25 alumnos/as, agás mixtos 15
- En secundaria 30 alumnos/as

Os grupos mixtos por si non o sabe o Sr. Rodríguez implican mesturar alumnado de diferentes idades o que esixe unha maior atención por parte do profesorado, de aí a diminución da ratio; non se especifica nas declaracións se eses centros da Costa da Morte e do Barbanza son de infantil, primaria ou secundaria, con grupos uniformes ou mixtos, con alumnos con necesidades especiais ou non que é o que tería que explicar para valorar esas cifras; pero en todo caso que haxa menos alumnos/as por profesor/a, nunca é un "luxo" senón que supón unha maior atención aos nenos e nenas. O traballo do profesor/a que os atende non vai a diminuír, o seu horario ten que cumprilo igualmente, simplemente os vai a atender mellor. Tendo en conta que eses centros con poucos alumnos/as soen estar en áreas rurais, coas deficiencias que estas zonas teñen en moitos temas, ao mellor non está tan mal que se lles dea esa maior atención.

Unha escola non é exactamente unha fábrica na que por tantos obreiros e tantas máquinas hay que conseguir producir tal nº de unidades. Os docentes traballamos con persoas cunha enorme complexidade emocional e intelectual, canto mellor sexa a atención a esas persoas (que non son só números) mellor será o seu desenvolvemento intelectual e emocional e iso non é exactamente un "luxo", é o futuro do noso país.

Para que o entenda mellor o Sr. Román Rodríguez direille que un luxo é gastar máis de 30.000 euros nunha comida para cargos do partido popular (véxase xantar do albariño), os gastos en educación, non son un luxo son unha inversión. O goberno alemán anunciou recortes drásticos nas contas públicas, agás en educación e investigación, eles si entenden ben a diferencia.

Aconsellamos ler este artigo:

La educación no es gasto, es inversión


Eu podo aceptar que me baixen o soldo pero o que non vou permitir é que empeoren as nosas condicións de traballo coa conseguinte perda na calidade do ensino e isto dígoo como docente e como nai de dous fillos que cursan secundaria nun instituto público. Xa decía un dirixente sindical estes días que a resignación se podía convertir en crispación ou como din os ingleses "from hunger to anger".

Queridos e sufridos compañeiros docentes, empeza un curso complicado.